PortadaLibrosApuntes sobre la vida del fundador del Opus DeiVirtudes y devociones cristianas de siempre, con libertad


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Mons. Josemaría Escrivá de Balaguer
Virtudes y devociones cristianas de siempre, con libertad
Difundió entre los hombres de nuestro tiempo virtudes y devociones cristianas de siempre: Cristo, María y José –la trinidad de la tierra llamaba a la Sagrada Familia, como medio para llegar antes a la Santísima Trinidad–, el Papa... Santa Misa, oración, mortificación, trabajo... Confesión y Eucaristía... Le emocionaba rezar con las oraciones de los primeros cristianos, las mismas que utilizarán también los cristianos en los próximos siglos. Pero no imponía nunca nada: tenía una extremada delicadeza para distinguir entre lo establecido por la Iglesia, y lo recomendado o simplemente alabado por Ella. Cuando daba un consejo –siempre personal–, ponía buen cuidado para que quedase claro que era eso, un consejo, que podía seguirse o no, pero de ningún modo obligaba en conciencia. La claridad jurídica y el rigor teológico se daban la mano en defensa de la libertad de las conciencias.
Le encantaba la naturalidad, la espontaneidad del alma en su trato con Dios. Quería que los hombres se dirigieran a Él con el mismo corazón, con las mismas palabras, con que se habla a las personas queridas de la tierra. Alguien le preguntó en mayo de 1974 cómo ofrecer las cosas a Dios cuando uno se siente cansado. Y le contestó:
–Pues díselo al Señor, así, con naturalidad, como se lo dirías a tu madre, como me lo dices a mí personalmente...
Dentro de una familia nadie tiene por qué sentirse tímido:
–Pues si no tendrías vergüenza de decírselo a tu madre de la tierra, díselo a la Madre del Cielo: ¡Madre mía!, que me está costando mucho levantar el corazón a tu Hijo, para ofrecerle las obras del día... ¡Eso es oración! Díselo como te dé la gana. Puedes rezar las oraciones vocales acostumbradas, que tenemos todos los cristianos, que son maravillosas. Pero además tú haces oración: eres alma contemplativa, como las del Opus Dei; y hablas sin ruido de palabras, mientras estás en la calle, en la comida, sonriendo a una persona, estudiando... Pues esto que me has preguntado a mí, cuéntaselo a la Madre de Dios; y ya estás haciendo el ofrecimiento.
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Acceso directo a los capítulos
Presentación
Capítulo Primero: Una Familia Cristiana
Capítulo Segundo: Vocación al sacerdocio
Capítulo Tercero: La fundación del Opus Dei
Capítulo Cuarto: Tiempo de amigos
Capítulo Quinto: Corazón Universal
Capítulo Sexto: El resello de la filiación divina
Capítulo Séptimo: Las Horas de la Esperanza
Capítulo Octavo: La libertad de los hijos de Dios
Capítulo Noveno: Padre de familia numerosa y pobre
Epílogo
Gracias a la autorización expresa de Ediciones Rialp ha sido posible recoger esta publicación en formato electrónico en la presente página web.
Salvador Bernal, Apuntes sobre la vida del Fundador del Opus Dei, Rialp, Madrid, 1976.
Le encantaba la naturalidad, la espontaneidad del alma en su trato con Dios. Quería que los hombres se dirigieran a Él con el mismo corazón, con las mismas palabras, con que se habla a las personas queridas de la tierra. Alguien le preguntó en mayo de 1974 cómo ofrecer las cosas a Dios cuando uno se siente cansado. Y le contestó:
–Pues díselo al Señor, así, con naturalidad, como se lo dirías a tu madre, como me lo dices a mí personalmente...
Dentro de una familia nadie tiene por qué sentirse tímido:
–Pues si no tendrías vergüenza de decírselo a tu madre de la tierra, díselo a la Madre del Cielo: ¡Madre mía!, que me está costando mucho levantar el corazón a tu Hijo, para ofrecerle las obras del día... ¡Eso es oración! Díselo como te dé la gana. Puedes rezar las oraciones vocales acostumbradas, que tenemos todos los cristianos, que son maravillosas. Pero además tú haces oración: eres alma contemplativa, como las del Opus Dei; y hablas sin ruido de palabras, mientras estás en la calle, en la comida, sonriendo a una persona, estudiando... Pues esto que me has preguntado a mí, cuéntaselo a la Madre de Dios; y ya estás haciendo el ofrecimiento.
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Presentación
Capítulo Primero: Una Familia Cristiana
Capítulo Segundo: Vocación al sacerdocio
Capítulo Tercero: La fundación del Opus Dei
Capítulo Cuarto: Tiempo de amigos
Capítulo Quinto: Corazón Universal
Capítulo Sexto: El resello de la filiación divina
Capítulo Séptimo: Las Horas de la Esperanza
Capítulo Octavo: La libertad de los hijos de Dios
Capítulo Noveno: Padre de familia numerosa y pobre
Epílogo
Gracias a la autorización expresa de Ediciones Rialp ha sido posible recoger esta publicación en formato electrónico en la presente página web.
Salvador Bernal, Apuntes sobre la vida del Fundador del Opus Dei, Rialp, Madrid, 1976.
Relación de contenidos
- Perdonar y pedir perdón
- ¿Qué sería de un cuadro si no hubiera sombras?
- Una nueva herejía
- Signos cabalísticos y jeroglíficos
- Estos son los herejes por cuya conversión me pidió usted que ofreciera la Misa
- Créame, el Opus es verdaderamente Dei
- Acusaban al Opus Dei de ser “una rama judaica de los masones”
- Con el aliento y el consuelo de los obispos
- Quien critica al Opus Dei critica al Patriarca
- Si Tú no necesitas mi honra, yo ¿para qué la quiero?
- Callar, rezar, perdonar
- En carne viva
- Sin libertad no se puede amar a Dios
- Apostolado personal
- Oración sin anonimato
- Virtudes y devociones cristianas de siempre, con libertad
- Tener corazón
- Libertad en la vocación, en la entrega en el Opus Dei
- En busca de la oveja perdida
- Somos una familia ecuménica
- El hijo de un pastor calvinista suizo que se entusiasma con "Camino"
- No hay dogmas en las cuestiones temporales
- En defensa de la legítima libertad de los cristianos
- Jugar al fútbol con los anarcosindicalistas
- Para el Fundador del Opus Dei el respeto a la libertad política no era indiferencia
- Aquí nunca te preguntarán de política
- Una misión puramente espiritual
- Yo sólo os puedo hablar de Dios
- Una residencia de estudiantes que rebosaba libertad
- El Opus Dei no es anti–nada, ni anti–nadie