390
Ríete del ridículo. —Desprecia el qué dirán. Ve y siente a Dios en ti mismo y en lo que te rodea.
Así acabarás por conseguir la santa desvergüenza que precisas, ¡oh paradoja!, para vivir con delicadeza de caballero cristiano.
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Documento imprimido desde https://escriva.org/es/camino/390/ (03/12/2024)