12

Daos cuenta, hijos míos, de que no destacamos unas profesiones o condiciones sociales sobre las demás[2]. El valor que buscamos en todas ellas –sin discriminaciones, sin mentalidad clasista– es lo que tienen de servicio a la comunidad, de forma que elevamos y engrandecemos incluso los oficios que, a los ojos de algunos, tienen poca consideración social. Todas esas tareas cooperan al bien temporal de la humanidad entera y, si se cumplen con perfección y por un motivo sobrenatural –si se espiritualizan–, cooperan también en la obra divina de la Redención, fomentan la fraternidad entre todos los hombres, haciéndoles sentirse miembros de la gran familia de los hijos de Dios.

No sacamos a nadie de su sitio: ahí, en esas circunstancias en las que el Señor le llamó, ha de santificarse cada uno y santificar su ambiente, la parcela humana a la que se encuentra vinculado, por la que se encuentra justificada su existencia en el mundo. También en esto tenemos el mismo sentir de los primeros cristianos.

Recordad lo que San Pablo escribía a los fieles de Corinto: cada uno permanezca en el estado en que fue llamado. ¿Fuiste llamado en la servidumbre? No te importe y, aun pudiendo hacerte libre, aprovéchate más bien de tu servidumbre[3]. Pues el que, siendo siervo, fue llamado por el Señor, es liberto del Señor, y del mismo modo, el que recibió la llamada siendo libre, es siervo de Cristo. Habéis sido comprados a gran precio: no os hagáis esclavos de los hombres. Hermanos: persevere cada uno ante Dios, en la condición en que por Él fue llamado31.

Notas
[2]

«no destacamos unas profesiones o condiciones sociales sobre las demás»: san Josemaría señaló como uno de los fines específicos del Opus Dei el influjo cristiano entre los intelectuales, por su repercusión en el resto de la sociedad (cfr. José Luis González Gullón – John F. Coverdale, Historia del Opus Dei, Madrid, Rialp, 2021, p. 56, nota), pero desde los primeros años de su actividad fundacional resuena esta afirmación «somos para la muchedumbre, nunca viviremos de espaldas a la masa» (Carta de Josemaría Escrivá a Francisco Morán, Burgos 4 de abril de 1938, en Camino, ed. crítico-histórica, op. cit., p. 250; cfr. com. al n.º 914, inspirado en un apunte de 12 de octubre de 1931, donde ya aparece el tema de la “muchedumbre”). En la documentación más antigua que conservamos se percibe su anhelo por llegar a obreros, dependientes de comercio, artistas, enfermeras, etc., a personas de todas las profesiones y condiciones sociales, entre quienes encontrará gente dispuesta a incorporarse al Opus Dei. Por ejemplo, en Apuntes íntimos, n.º 373 (3 de noviembre de 1931) se lee: «Con la ayuda de Dios y la aprobación del padre confesor, procuraré reunir pronto un grupito aparte de obreros selectos», cit. en Luis Cano, “Los primeros supernumerarios del Opus Dei (1930-1950)”, en Santiago Martínez Sánchez e Fernando Crovetto (ed.), El Opus Dei. Metodología, mujeres y relatos, Thomsom Reuters Aranzadi, Pamplona, 2021, p. 379. (N. del E.)

[3]

«aprovéchate más bien de tu servidumbre»: la traducción oficial castellana de la Conferencia Episcopal Española (2008) ofrece otra versión posible: «si tienes la posibilidad de ser libre, aprovéchala». (N. del E.)

31

1 Co 7,20-24.

Este punto en otro idioma