27
No os quedéis en idealismos: sed realistas. Veis cosas tan grandes, tanto campo para trabajar, tanta labor y tantas posibilidades, que, después de contemplarlas, puede ser que ya os quedéis satisfechos y os olvidéis de las cosas concretas –hodie, nunc–, que han de hacer posible que todo eso llegue a ser realidad algún día.
En medio de esta hermosísima lucha, permaneced serenos. Son perniciosas las inquietudes enredadoras. Corripite inquietos56, amonestaba Pablo a la comunidad cristiana de Tesalónica. Porque hemos oído –les decía– que algunos viven entre vosotros en la ociosidad, sin hacer nada, ocupados en entrometerse en todo57. Y les daba el remedio único, que no es otro que el cumplimiento del deber: cuando hacemos aquello que tenemos que hacer y estamos en lo que hacemos, cuajamos en realidad los grandes proyectos de Dios. A esos tales –continuaba el Apóstol– les ordenamos y rogamos por amor del Señor Jesucristo que, trabajando con serenidad, coman su pan58.
Documento imprimido desde https://escriva.org/es/carta-29/27/ (15/11/2025)