3. La primera Comunidad: su origen
Para poblar el Monasterio, se fijó el Rey en la Orden del Císter, que tantas pruebas había ya recibido de la predilección regia, y siguiendo el parecer del Obispo de Sigüenza Don Martín, hizo traer las primeras religiosas del modesto convento de Tulebras, sito en el Reino de Navarra, junto a Cascante, sobre la raya de Aragón, y que entonces florecía con grande opinión de santidad. Tal afirman la generalidad de los autores, tanto antiguos15 como modernos16, si bien disiente el ilustre Abad de Silos DO M LUCIANO SERRANO17, advirtiendo que ningún documento coetáneo abona esta hipótesis. ¿Qué necesidad había de buscarlas en Navarra, cuando existían ya en Castilla varios conventos de monjas cistercienses? El de Fuentealmegir o Fuentecaliente, cercano a Peñaranda de Duero; el de Torquemada y el de San Andrés de Arroyo estaban bien cerca de Burgos; en Castilla existían también el de Cañas y el de Perales; y no lejos de León, los de Carrizo y Gradefes.
Por otra parte, hay indicios suficientes para creer que la primera Abadesa, doña Misol o Sol, era de Burgos; burgalesa era también la primera Priora, dicha Mayor Fernández; la cantora Sancha Garciez, después Abadesa, pertenecía a la familia de los Hoza y Villamayor, y en el mismo año de la fundación, en 1187, vemos de monja en el monasterio a María Gutiérrez, viuda del mayordomo de la Reina Leonor, Martín González, que sucedió a doña Misol en el cargo de Abadesa el año 1191. Tulebras no intervino, pues, en la fundación de nuestro Monasterio; sus relaciones con él se reducen a haber renunciado a la autoridad que ejercía sobre los monasterios de Perales y Gradefes, para facilitar su unión a Las Huelgas, constituido ya, como más tarde veremos, en Cabeza de todas las religiosas cistercienses de Castilla y León.
Documento imprimido desde https://escriva.org/es/la-abadesa-de-las-huelgas/3/ (22/05/2024)