695
Cuando te veas con el corazón seco, sin saber qué decir, acude con confianza a la Virgen. Dile: Madre mía Inmaculada, intercede por mí.
Si la invocas con fe, Ella te hará gustar —en medio de esa sequedad— de la cercanía de Dios.
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Documento imprimido desde https://escriva.org/es/surco/695/ (20/09/2024)