895
El trabajo rinde tu cuerpo, y no puedes hacer oración. Estás siempre en la presencia de tu Padre. —Si no le hablas, mírale de cuando en cuando como un niño chiquitín... y Él te sonreirá.
Este punto en otro idioma
Documento imprimido desde https://escriva.org/es/camino/895/ (11/05/2024)